Tuesday, April 16, 2024
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No pasa nada si te deportan

EL EVANGELIO EN MARCHA

No pasa nada si te deportan

Por: Boris López, Tabernáculo Bíblico Bautista, Manassas, Virginia (borislopez986@yahoo.com)*

Las estadísticas están allí, más del 90% de personas a las que se les ha consultado acerca de su futuro en un eventual regreso a su país de origen, han coincidido en que las oportunidades para desarrollar su vida serían más escasas, más duras. Un porcentaje igual de las personas de las que ya están allá han pensado o intentado el regreso, si no es que ya están aquí de nuevo, debido a la desesperación en el que los ha metido el sistema de cada país o muchas veces sin una profesión con la que responder a las exigencias de trabajo.

Hace unos días hablaba con Henry y me decía que es el común denominador en los inmigrantes, el pensar con terror en un regreso a nuestros países de origen, casi como pensando que solo se puede vivir aquí, que solo hay vida aquí, que ya no tendríamos vida en otro lado.

Hace muchos años conocí a Pedro, estudiaba en el mismo seminario de donde me gradué, había decidido estudiar por amor a su iglesia, él no era el pastor, pero era una iglesia muy creciente y carente de líderes preparados que velan por la doctrina y salud de la iglesia. Así fue como llegó al seminario, por ayudar a sus hermanos en la fe. Un día de clase el maestro le invitó a compartir acerca de su experiencia de salvación, contó que había crecido laborando como agricultor y cultivando por muchos años hortalizas. Fue por medio de esta actividad que conoció a Mr. Harris, un científico  de los Estados Unidos, que recientemente había comprado una hacienda  en El Salvador y necesitaba una familia que le trabajaran la tierra además de darle mantenimiento a la propiedad, fue así como Pedro trabajó por mas  de quince años para Mr. Harris, en ese tiempo nacieron varios de los hijos de Pedro que totalizaban siete.

La Noticia fue que Mr. Harris tenía que viajar a Brasil para seguir con las investigaciones que le financiaban las Agencias para las que trabajaba. La pregunta era, ¿qué iba a pasar con el trabajo de Pedro que le permitía sostener a su familia?  Eso lo pensó Mr. Harris, y le hizo la propuesta de irse con él a Brasil y desarrollar el mismo tipo de trabajo. Mr. Harris le dijo: – Pedro, Vente conmigo a trabajar a Brasil con toda tu familia, y Dios te va a bendecir Allá –  La respuesta de Pedro fue muy sorprendente: – Mr. Harris, – le dijo – el mismo Dios de Brasil, es Dios aquí en El Salvador, me quedo aquí-.

Pasaron los días desde aquel suceso y Mr. Harris debía dejar una persona encargada del resguardo de los proyectos en lo que había estado trabajando, un encargado de bodegas, y que estaría bajo la Administración de la Embajada de los Estados Unidos en El Salvador. – Tengo cinco años en el puesto – dijo en su testimonio Pedro  – y me va muy bien – El mismo Dios de Brasil es el de El Salvador –

Ese testimonio me hace pensar que también el mismo Dios de Estados Unidos, es el mismo Dios de cualquiera de nuestros países. Muy pocos han notado que Dios preserva a su pueblo. Lo guarda de la delincuencia, lo guarda de la calamidad, lo guarda de la tragedia, es un fenómeno comprobable  y testificado en las escrituras: …..”Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. (Salmo 91:7). Ahora bien, en caso de un eventual retorno, nuestra confianza debe de estar en nuestra relación que tenemos con Dios, porque nuestra condición no depende del lugar en el que estemos, sino de cómo andemos delante de Dios, Aquí también hay pobreza, pobreza espiritual y de allí surge la pobreza material. Podemos estar aquí, o allá, pero Dios siempre tendrá cuidado de nosotros independientemente del lugar donde estemos. Nuestro bienestar depende, de estar a cuentas con el Señor, no lo olvidemos. Aquí vemos personas de las que podemos decir que no hay diferencia si están aquí o allá, su condición es muy triste, no dependen de la economía de un país, dependen de una relación con Dios.  Si quiere que su vida sea transformada en todas la áreas, invoque hoy mismo el nombre de Jesucristo y será Salvo, y Dios cuidará de usted para siempre.

*El pastor Boris López, es graduado del seminario de la Misión Bautista Internacional  de El Salvador.

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