Tuesday, April 23, 2024
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Una generación que vive sin Dios

EL EVANGELIO EN MARCHA

MENSAJE DE CONSAGRACIÓN

Una generación que vive sin Dios

(JUECES 2:1-4, 10)

 

Por: Rev. Julio Ruiz, Pastor de Iglesia Bautista Hispana Columbia, Falls Church, Virginia

INTRODUCCIÓN: La salida de Israel de Egipto, y su entrada a la tierra prometida, es una extraordinaria ilustración del recorrido que hacen las generaciones a través de los tiempos. Hay tres generaciones desde que Moisés salió de Egipto hasta la que vino después de la muerte de Josué. Un análisis de cada una de ellas nos da este resultado: La generación que salió con Moisés fue media creyente. La que entró con Josué a Canaán fue creyente. Pero la que nació después que Josué murió fue incrédula. Así que estas tres generaciones representan los ciclos que ha tenido la historia en el plano de la salvación de la humanidad. Por un lado tenemos a creyentes incrédulos, los que se quedan en el desierto. Creyentes genuinos, los que conquistan la tierra prometida. Y los incrédulos que no saben nada acerca de Dios. La pregunta que surge al leer este pasaje es, ¿cuáles fueron las razones por la que la tercera generación no conoció a Dios? ¿Dónde estuvo la falla para que ellos cayeran en el grave pecado de la apostasía? ¿Qué pasó con los padres que se olvidaron de lo que Dios había establecido para asegurar la continuidad de su conocimiento según Deuteronomio 6:4-7, 12? Amados hermanos, cuando una generación se le deja sola sin tomar en cuenta esta recomendación bíblica, la exponemos a vivir exactamente como la que encontramos en Jueces 2:10. No hay cosa que nos duela más que la generación que está viniendo después de nosotros desconozca el Dios que nosotros conocimos. Hay una gran urgencia de llevar a esta generación de regreso a Dios. La competencia que tienen nuestros hijos en sus escuelas, las modas, la tecnología y el mundo del internet, pudiera estar creando en ellos una enorme confusión de sus valores, hasta echar por tierra lo que se les ha enseñado por la seducción de todo lo moderno, lo nuevo. Hermanos no permitamos que después que nosotros ya no estemos, se levante una generación que no conozca a Dios. Este es el momento de salvarla.

 

I. UNA GENERACIÓN LLEGA A VIVIR SIN DIOS CUANDO DESCONOCE LA OBRA QUE ÉL HIZO EN EL  PASADO

 

1. La fidelidad de una generación no garantiza la siguiente v. 1. El Ángel de Jehová vino a Israel para exhortarles sobre lo que serían las consecuencias de romper el pacto con Dios y unirse a aquellos pueblos paganos sin conquistar. Le oyeron con atención y hasta lloraron con profundidad v. 4. Las advertencias eran muy solemnes. Esa generación recibió un gran mensaje que los conminaba a la fidelidad. Sin embargo, esto no aseguraba que las próximas generaciones seguirían escuchando al Ángel de Jehová. Y es que la fidelidad de una generación no garantiza la siguiente. En este sentido afirmamos que la salvación no es un asunto que se da por transferencia. La consagración y fidelidad de los padres no asegura la salvación de los hijos; cada uno tiene que asumir su responsabilidad. ¿Por qué tenemos hijos inconversos habiéndose formado en hogares cristianos? Hay hijos rebeldes que no les importa las obras que Dios hizo en el pasado. La ignorancia bíblica es un caldo de cultivo para la incredulidad y la rebelión.

 

2. La fascinación de la seducción. La tierra donde se asentó aquella generación le presentó todas sus bondades y sus atractivos a los nuevos invasores. Por cuanto no tenían bases sólidas, su formación espiritual estuvo sujeta a las costumbres de un paganismo perverso. El mundo de ese momento encontró a una generación vacía del Dios de sus antepasados y pronto les conquistó con su seducción. Bien se sabe que cuando un corazón está vacío de Dios otras cosas comenzarán a llenarlo. Si no se llena el corazón con la bendición de la palabra y la comunión con Dios, se llenará de la suciedad del mundo. ¿Por qué el mundo seduce a tantos creyentes y los aleja cada vez más de la palabra del Señor? ¿Por qué ese afán de imitar todas las modas del mundo, incluyendo aquellas que tienen la finalidad de vestir al cuerpo con una especial seducción? ¿Por qué los placeres de la carne parecieran ser mejores que los placeres del Espíritu? ¿Por qué nuestros jóvenes cristianos están participando de lo mismo que los demás? ¿Qué ha pasado con Romanos 12:1,2? Una generación se aleja de Dios cuando se acopla al mundo.

 

II. UNA GENERACIÓN LLEGA A VIVIR SIN DIOS CUANDO CAMBIA SU ADORACIÓN POR LA DE ÍDOLOS NUEVOS

 

1. El Dios de Israel vrs los de Canaán v. 12. ¿Por qué se dio en Israel ese pronto abandono? El comentario Mundo Hispano, Tomo 4 de Jueces, presenta tres razones: “(1) Los cananeos estaban más avanzados que Israel en las artes y en la tecnología. Hay una tendencia a suponer que los más sofisticados son sabios acerca de todo aspecto de la vida, incluyendo la religión. (2) Israel conocía a Jehovah como Dios guerrero, pero Baal tenía fama como dios de la agricultura. En el desierto y en la conquista, Israel no había visto el poder de Jehovah en el cultivo. (3) Las prácticas sexuales del culto cananeo eran llamativas. Los cananeos creían que al juntarse con las prostitutas sagradas hacían que Baal se juntara con Astarte. Cuando Baal fertilizaba a Astarte, también fertilizaba a la tierra, enviando lluvia sobre ella”. Así que pronto cambiaron a su Dios santo por ídolos abominables de su nueva tierra v. 13. ¿Y no son acaso estos mismos ídolos los que nuestra generación adora y con ello se alejan del verdadero culto al Creador? ¿No es acaso la sensualidad en sus diferentes expresiones uno de los cultos modernos? Los modernos “baales”, tales como el internet, la música sensual y las modas provocativas, contribuyen a preferir al Dios de Israel, porque lo ven muy severo, que estos modernos ídolos, complacientes en todo.

 

2. Dios es un Dios celoso v. 13. Como es de esperarse, cuando el pueblo que dice amar a Dios se aleja de él, para entregarse en servicio a un nuevo ídolo, la ira de Dios se enciende. La Biblia nos dice que él es un “Dios celoso”. No puede pretender quien ha adorado a Dios, y decide unirse a un nuevo ídolo, que él no reaccione, pues fue él mismo que dijo: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”. La Biblia también añade: “Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo” (He.10:31) Y esto fue lo que aquella generación apóstata experimentó. Tome en cuenta que lo primero que se desató fue la ira de Dios v. 12. Luego Dios los entregó en manos de lo peor que había en ese lugar a manera de disciplinarlos.

 

 

III. UNA GENERACIÓN LLEGA A VIVIR SIN DIOS CUANDO ABANDONA LA PALABRA DEJADA POR LOS PADRES

 

1. Abandonar el camino de los padres v. 17. Esta pudiera ser una clara característica de una generación apóstata. ¿Por qué tenemos algunos hijos que no terminan de consagrarse al Señor? Muchos de nuestros hijos saben que sus padres se invirtieron en ellos; se esmeraron en darle el mejor ejemplo, entre las que se cuenta: el amor, la fidelidad y el apego a la palabra de Dios. Sin embargo tenemos hijos que siguen sus propios caminos y se olvidan de las sendas antiguas donde sus padres le formaron. El camino de los auténticos padres cristianos está signado por el respeto, el amor, la honestidad y la verdad. Cuando un hijo no valora eso, y se enrumba en sus propias decisiones, comienza a transitar los linderos de la desobediencia. Mire lo que la Biblia nos dice a este respecto: “Hijo mío atiende la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre, pues serán para ti un bello adorno como un collar y una corona” (Prov. 1: 8-9). Los hijos sabios optan por seguir la instrucción de sus padres.

 

2. Abandonar la palabra dejada por Dios v. 17. Una señal de padres piadosos es el valor que le dan a la palabra de Dios y su afán para darla a conocer a sus hijos. La generación que se levantó después que murió Josué desconoció lo primero que Dios le recomendó a este líder antes de introducirlos en la tierra prometida: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Jos. 1:8). La apostasía es el abandono de la palabra de Dios. La presente generación no solo está desconociendo la palabra de Dios, sino que no cree en ella. La tendencia del humanismo moderno es sacar a Dios y su palabra de todos los lugares donde ella ha sido rectora para la formación moral y espiritual de los pueblos.

 

IV.LA GENERACIÓN QUE VIVE SIN DIOS NECESITA SER SALVADA TRAYÉNDOLA DE NUEVO A LA DISCIPLINA DEL HOGAR

 

1.No seamos más padres indulgentes (1 Sal. 3:13). Aquella generación que no conoció a Jehová dejó su huella que se ve a través de todo el libro de Jueces, terminando con estas palabras: “En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jue. 21:25). Ningún otro libro en la Biblia nos muestra la rebelión, arrepentimiento, apostasía y abandono de Dios, como éste. Una de las cosas visibles en el libro es  la manera cómo los padres fueron indulgentes con sus hijos. El más notable de esos casos fue el de Sansón. Sus padres le consentían en todo; vea cuando él le pidió una mujer, y aunque se opusieron un momento, al final le consintieron. ¿No sucede lo mismo hoy día? Pero el caso más emblemático de esa indulgencia lo presentó el sacerdote Elí, el hombre que estaba llamado a ser líder espiritual y ejemplo en la conducción de su hogar. En su negligencia en la disciplina hacia sus hijos, les honraba más a ellos que a su Dios. Él sabía de la conducta que mostraban, pero no los reprendía. La única manera de hacer que esta generación regrese al Señor es que los padres se determinen corregir y disciplinar a sus hijos a tiempo. Los padres no deben condescender en todo lo que sus hijos le pidan. La palabra “no”, firme y sostenida, podrá ayudar a nuestros hijos a saber que hay reglas, límites y valores que respetar en el hogar.

 

2. Siendo padres diligentes (1 Sam. 1:10-11). Ana marca la diferencia en esta historia continuada de los libros de los Jueces. Lo primero que vemos en esta mujer es una carga de oración. Observe la forma como ella oró por su hijo. Luego vemos a ella como una mujer de visión. ¿Para qué quería ella tener un hijo? Vea la respuesta del presente texto. Hermanos, ¿cuál es el deseo que tenemos para nuestros hijos? ¿Qué es lo que le pedimos al Señor que sean? Pero lo más grande en la vida de esa mujer es que ella estaba dedicada a su hijo (1 Sam. 1:20). ¿Cuál fue el resultado? Bueno, se sabe que Samuel ha sido uno de los más grandes hombres que haya conocido el pueblo de Israel. Amados padres, la diligencia que tengamos con nuestros hijos ahora, nos asegurará una generación que ame de corazón al Señor y que al final no sea una generación apóstata. Que la visión del salmo 144:12 sea la visión para cada familia.

 

CONCLUSIÓN: Cuando Pedro predicó su sermón en el día de Pentecostés instó a sus oyentes a librarse de aquella generación apóstata, al decirnos: “Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación” (Hch. 2:40). Lo mismo hizo Pablo, quien al referirse a la conducta ejemplarizante de un auténtico creyente, dijo: «Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo…” (Fil. 2:14). Salvemos nuestra generación trayéndola al Señor.

 

Si desea consejería o hablar con el Pastor Julio Ruiz, puede llamarle a los

 Tels.  (571) 271-6590 (cel); (703) 250-0118 (casa) y (703) 534-5700 ext. 240

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