Saturday, April 20, 2024
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Mas el justo vivirá por fe

EL EVANGELIO EN MARCHA

 Mas el justo vivirá por fe

(Hebreos 10:38, 39; 11:1-3)

Por: Rev. Julio Ruiz, Pastor de Iglesia Bautista Hispana Columbia, Falls Church, Virginia

 

 

INTRODUCCIÓN: El presente texto está basado en la vida de Habacuc, el  profeta preguntón. Algunas de sus preguntas eran reclamos muy directos y hasta muy osados: ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?  ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? (Hab. 1:2, 3). Y es que este hombre vivía en una época incierta, y fue en esa condición cuando Dios le reveló la importancia de vivir por fe. La tendencia humana es querer vivir de explicaciones, pero el Señor nos dice que vivamos por fe. Queremos vivir más por lo que vemos y esto nos llena de ansiedad. En la actualidad el virus de la gripa A (H1N1) se ha declarado como una pandemia mundial con cifras crecientes en nuestros países.  La alarma sigue encendida por la cantidad de gente que está dando positivo a esta nueva influenza. Pero hay otra “pandemia” que parece estar contaminando a toda la humanidad, pues aunque ya hace tiempo se inventó su “vacuna”, son muy pocos los que  la aplican. ¿Sabía usted que la preocupación es una forma de ateísmo? Hablamos de la preocupación que desplaza a la fe. Si usted es un “adicto” a la preocupación, usted necesita fortalecer su fe. Si usted se siente que no tiene amigos, déjeme decirle que la fe puesta en su Dios, salvador y proveedor, lo acompañará siempre. Algunos pudieran alegar que ya son muy viejos para creer; o que no es posible para ellos tener esa  fe de la que nos habla la palabra. Pero tome en cuenta el ejemplo de Abraham. Abraham era un pagano que vivía en una ciudad pagana y fue involucrado en la escuela de la fe a los 75 años. Muy amados, la única manera de vivir no es cómo podemos estar viviendo ahora. La vida del creyente tiene que ser movida sobre los rieles de la fe. ¿Por qué debemos vivir  por fe? Porque al ser  justificados por la fe tenemos paz por medio de nuestro Señor Jesucristo. Dios nos invita a caminar por fe, para que la fe sea honrada. ¿Qué necesitamos para esto?

 

  1. NECESITAMOS SABER CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE LA FE (Hebreos 11:1)

 

  1. Una declaración de confianza. El texto, del cual tomamos nuestro mensaje, aparece varias veces en la Biblia para indicarnos la importancia que tiene la fe en nuestra vida personal. Pero antes debemos decir lo que no es la fe. Fe no es la superstición que muchos tienen. Tampoco es el pensamiento positivo, tan de moda en este tiempo. Tampoco es un salto en el vacío, porque eso sería un suicidio. De acuerdo a Hebreos 11:1, fe es “la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve”. Fe es una declaración de confianza en las promesas que Dios nos ha dejado en su palabra. Le hago esta pregunta. ¿A cuántos de ustedes les gustaría que se abrieran las ventadas de los cielos para que se derramen bendiciones hasta que sobre abunden? Esa es una las promesas más grande que tenemos en la Biblia. A lo mejor usted estará pensando pero eso tiene que ver con el dinero. ¡Exactamente! Está  en Malaquías 3:10. Hermanos, si Dios no está en mi ecuación financiera lo demás no tiene sentido. La fe es entregarle a Dios lo que le pertenece y pedirle que me de sabiduría y provisión con el resto del 90% de lo que me queda. Ponga a Dios en sus cálculos.

 

  1. Es un estilo de vida. Debemos entender bien el texto. Cuando la Biblia nos dice que el justo por la fe vivirá, nos está diciendo que el creyente no podrá vivir de otra manera que no sea esta. La fe tiene que ser el motor que mueve nuestras fuerzas, nuestras palabras, nuestros hechos. Esto es dicho porque “sin fe es imposible agradar a Dios”. ¿Vive usted por fe? En este tiempo de incertidumbre financiera, de pesimismo por las noticias que surgen todos los días, de ansiedad y tristeza por la ausencia de sus seres queridos… nos conviene hacer realidad las palabras de esta promesa. Pablo lo puso en otra dimensión. Fue él quien dijo: “Por fe andamos, no por vista”. Pablo tuvo muchas razones para haber dependido de la vista o de las experiencias. Fue testigo de milagros sobrenaturales. Fue arrebatado hasta el tercer cielo. Tuvo razones para vivir de  lo que sus ojos veían. Pero a pesar de eso declaró que la vida de un auténtico creyente se vive por fe. Los que hacen del evangelio un show no comulgan con las ideas de Pablo. Tan claro estuvo él en afirmar esto, que también dijo: “… porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?  Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos” (Ro. 8:24). 

 

  1. II. NECESITAMOS SABER CUÁL ES LA FUERZA DE LA FE (Hebreos 11:3)

 

  1. La que está determinada por la sabiduría. Hay cosas que jamás podremos entenderlas a menos que sea por fe (He. 11:3). El texto claramente nos dice que lo visible fue hecho de lo invisible. ¿No hay sabiduría en todo esto? El presente texto nos dice que Dios no puede ser explicado, sino aceptado. La fe nos hace creyentes de la existencia del mundo por medio de la palabra. Nosotros no argumentos la existencia de Dios. Simplemente lo aceptamos por fe. Y, ¿por qué lo hacemos?  “Porque sin fe es imposible agradar a Dios” (He. 11: 6).  La ciencia trata de explicar por su conocimiento el origen del universo. La fe cree que fue por la palabra. ¿Dónde se requiere más fe? ¿Creer que todo surgió de la nada o entender por la fe que todo fue creado? El creyente tiene que saber que ha sido salvo para agradar a Dios, y lo que a Dios le agrada es precisamente su fe.

 

  1. La que está alimentada por la adoración. Cuando agradamos a Dios le adoramos. Note la expresión: “… porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” v. 6. Fe es la respuesta del corazón al carácter de Dios. Los hombres que conforman la galería de fe de este capítulo fueron hombres que agradaron a Dios. Uno de esos ejemplos fue Enoc. Su caminar diario con Dios lo levantó como un hombre que en todo agradaba a su Dios. Su caminar fue rubricado con tal servicio y adoración. El texto lo presenta de una manera diáfana y extraordinaria: “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios” v. 5.

 

III. NECESITAMOS SABER CUÁL ES EL TESTIMONIO DE LA FE (Hebreos 11:2)

 

Fue Jesús quien dijo: “Conforme a tu fe sea hecho” (Mt. 9:29).  Vea que Jesús no  dijo que sería conforme a vuestra fama. No dijo tampoco que sería conforme a vuestras emociones. Ni tampoco conforme a vuestra fortuna. Mucho menos dijo que sería conforme a lo que los amigos dijeran o conforme a vuestro conocimiento. Simplemente sería hecho conforme a la fe. En esto podemos ver la recompensa que tiene la fe. El justo por la fe vivirá. Será su fe la que le dará su triunfo final. Aplique esto en el campo de la oración. Si usted ora con fe, usted tendrá una respuesta. Y recuerde que Jesús no está buscando una fe asombrosa para calificarlo. Los que creyeron en él fueron tocados por su gracia y misericordia, y él les dijo: “Vete, conforme a tu fe sea hecho”. Sin duda que una de las luchas con la que se enfrentará el creyente de los últimos siglos, será  el mantener su fe. Jesús pronunció una sentencia que debe hacernos pensar sobre lo que será la condición del mundo como antesala de su venida. Así dijo: “Y cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?” (Lc. 18:8b).  Debemos asegurarnos que así será nuestra fe para cuando Cristo venga y entre tanto que él venga. ¿Cuán espiritualmente fuerte es usted? ¿Es el testimonio de su  fe capaz de ser premiado? Hermanos, los galardones de nuestra vida están relacionados con el testimonio de nuestra fe.

 

  1. NECESITAMOS SABER CUÁL SERÁ EL DESTINO DE NUESTRA FE (Hebreos 12:1, 2)

 

  1. Fe para conocer la voluntad de Dios. Debo recordarle que la fe algún día ya no existirá más. Usted no la va necesitar para vivir en el cielo. Así que es aquí donde la necesitamos. Pero nuestra fe debe tener un destino. La fe es como una carrera que nos conduce algún lugar. Este pasaje de la fe que comenzó desde el capítulo 10:38, se prolonga hasta Hebreos 12:1, 2. De acuerdo a este texto, la fe tiene como fin ayudarnos a encontrar la manera cómo hacer la voluntad de Dios.

 

  1. El destino de la fe nos lleva a Cristo. Mucha gente está llevando una carga extra.  Usted no correría en un maratón con una chaqueta y unos pantalones de blue jean, por ejemplo. ¿Por qué piensa que los atletas griegos corrían desnudos? Hay muchas cosas que tendré que privarme si quiero correr bien. Mi fe se va a tropezar con ciertas trampas que tienen el propósito de hacerme caer. Esto es lo que el escritor habla de “el pecado que nos acedia”. Usted tendrá que saber que el caminar por fe es el camino más propenso a toparse con el pecado. Nos acedia todos los días. No nos deja en paz. De allí que la recomendación más fuerte de este pasaje es: despojémonos. Sin duda que el llamado para caminar por fe es sacar el pecado de la vida. Pero sobre todas las cosas, el destino de la fe tiene como desembocadura la persona de Jesús. El texto nos recuerda: “Puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. ¿A quién miramos mientras caminamos? La fe de muchos se apaga cuando no ve respuesta a sus peticiones. Cuando la iglesia no le atiende. Cuando el pastor no le visita o no lo orienta. La fe victoriosa es la que se concentra en el salvador crucificado. Cristo es el Autor y el consumador de la fe.

 

CONCLUSION: No podemos vivir sin fe. Ni tampoco debemos vivir por la vista. Cuando el creyente anda por la vista y no por la fe pierde su horizonte. Deja de tener poder en su vida. De tener visión, pasión, amor por el Señor… La tragedia más grande para un creyente es vivir solo por lo que producen sus manos y no por lo que Dios pueda suplirle. Nuestra determinación respecto a la fe es esta: “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma” (Hebreos 10:39). ¿Cómo vive usted? ¿Vive por fe?

 

  1. Si desea consejería o hablar con el Pastor Julio Ruiz, puede llamarle a los
  2. Tels. (571) 271-6590 (Cel.); (703) 250-0118 (casa) y (703) 534-5700 ext. 240
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