Thursday, April 18, 2024

Los dos Adanes

EL EVANGELIO EN MARCHA

Los dos Adanes

(ROMANOS 5:12-21)

Por: Rev. Julio Ruiz, Pastor

 

bible-study3INTRODUCCÓN: ¿Sabía usted que la Biblia nos habla de dos Adanes? Sí, así como lo oye. Que todos sepamos en todo el Antiguo Testamento solo se conoce un solo Adán. Pero cuando vamos al Nuevo Testamento nos encontramos con “el postrer Adán”. Romanos 5:12-21 nos muestra como en ninguna otra parte de las Escrituras las diferencias tan marcadas entre los dos Adán a los que la Biblia hace alusión. ¿Quiénes son estos Adanes?. El primer Adán fue creado a la imagen y semejanza de Dios, el segundo es la imagen y semejanza de Dios. El que fue creado  murió, el otro no fue creado vive para siempre. El primer Adán fue creado perfecto e inocente, pero pecó, el segundo es perfecto, santo e inocente y sin pecado. Con Adán tenemos al padre de la raza humana, pero en Cristo tenemos al Señor de la humanidad redimida. Adán le dio vida a la humanidad, pero esa vida se acaba, el segundo Adán le dio vida, pero vida eterna. Al primer Adán se le dio dominio sobre lo que había en la tierra, el segundo Adán es dueño del universo. Del sueño profundo de Adán, Dios le sacó su novia, del segundo Adán, Dios extrajo a través del sueño de su muerte la novia del Cordero. El primer Adán fue tentado y desobedeció, el segundo Adán fue tentado y salió victorioso. Mientras que con el  primer Adán abundó el pecado, el segundo nació y murió por el pecado. Todo esto, pues, nos lleva a considerar el presente texto de Romanos bajo las tres comparaciones y  consideraciones entre el primer Adán y el postrer Adán. Veámoslas.

 

  1. SI POR EL PRIMER ADÁN VINO LA MALDAD EL POSTRER ADÁN TRAJO LA GRACIA

 

  1. “El pecado entró en el mundo por un hombre…” v. 12. El origen del pecado sigue siendo un misterio y uno de los temas donde se debate mucha gente incrédula y los enemigos de la causa del Señor. La pregunta que para algunos suena como racional es por qué Dios permitió el pecado para que ahora nos consideremos pecadores. ¿Pero será cierto este razonamiento humano? Una cosa debe decirse en este texto, Dios no tiene nada que ver con el pecado. Considere lo siguiente. Cuando el pecado se hizo presente en el cielo, Dios hizo una limpieza de su santo lugar. Cuando el pecado se hizo presente en el Paraíso, Dios sacó de allí a los que pecaron. En ambos lugares Dios expulsó a los desobedientes. El pecado no habita en su presencia. Por lo tanto, y atención a el presente texto, el pecado estuvo fuera del mundo hasta que el hombre lo introdujo. Sin embargo, el postrer Adán entró al mundo manchado por el pecado para destruirlo y quitarle su poder y su dominio. La Biblia nos dice que cuando Cristo nació vino lleno de gracia y de verdad. La muerte de Cristo nos llevó  a la gracia como el más grande don del cielo con el cual Dios respondió a los estragos del pecado.

 

  1. 2. “Por la transgresión de aquel uno murieron los muchos…” v. La palabra “trasgresión” significa cometer un delito, caer, alejarse de Dios. Eso fue lo que pasó con Adán. Ahora vivimos sus consecuencias. El primer Adán transgredió las leyes divinas, pues se le había dicho explícitamente que no pasara la raya de la prohibición de comer del árbol marcado por Dios como “de la ciencia del bien y del mal”. La sentencia divina decía: “el día que de él comiereis ciertamente morirás”. Así que esta es otra palabra que se llegó a conocerse después que el primer Adán traspasara los linderos de la prohibición. Desde entonces en el corazón del hombre existe un deseo por querer infringir aquello que Dios ha prohibido, de lo cual se ha dicho también: “No comerás”. Ahora vemos el gran contraste. Mientras Adán cedió a la tentación, y con ello la caía, el postrer Adán, eso es Cristo, se dio como el don del cielo, la infinita gracia divina, para que así como al principio los muchos fueron afectados por la transgresión de Adán, ahora los que se apropian de Jesucristo reciban “mucho más para los muchos la gracia”. He ahí la diferencia.

 

  1. Porque así como por la desobediencia de un hombre… v.19. Una de las palabras que mejor define al pecado se llama “desobediencia”. En su estado original Adán no conocía esta tendencia del corazón. Lo que este hombre hacía era obedecer a su creador. Este es el más grande contraste en este paralelismo con el primer Adán y el postrer Adán. El texto ahora nos habla directamente al decirnos que por la desobediencia de  “Adán fuimos hechos pecadores…”. La raíz del pecado tiene que ver con la desobediencia.

 

  1. SI POR EL PRIMER ADÁN VINO LA MUERTE EL POSTRER ADÁN TRAJO LA VIDA

 

  1. “Así la muerte pasó a todos los hombres…” v. 12. Si hubo algo que Adán y Eva escucharon nítidamente en el Paraíso fueron las palabras de Dios acerca del árbol prohibido que decía “el día que de él comiereis ciertamente morirás”. El pecado trajo dos consecuencias terribles: muerte física y muerte espiritual. En esto concuerdan las palabras que el mismo Pablo dijo más adelante al referirse que la paga del pecado es la muerte (Ro. 6:23). Por otro lado, la sentencia que siguió esto nos dirá también que  queda establecido para los hombres que mueran una sola vez y después el juicio (He. 9:27). La muerte sigue siendo una gran incógnita, un gran temor para algunos y un motivo de gozo para otros. Pero si el primer Adán introdujo la muerte al pecar, el postrer Adán trajo la vida cuando murió. El contraste entre estos dos Adán es que si con el  primero apareció  la muerte por consecuencia del pecado, con el postrer Adán se vuelve otra vez a la vida y a la esperanza que no habrá más muerte sino vida eterna. En el pesebre de Belén nació la esperanza de la vida. Esta fue una de sus grandes palabras: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”.

 

  1. “Reinó la muerte… reinará la vida” v. 17. Mis amados si algo tenemos que comentar es que desde que se introdujo la muerte en el mundo conocimos que ella es tirana, gobierna a todos y sujeta a la humanidad en sus garras con su miedo. Hebreos 2:15 hace referencia a ese temor. Solo los hombres que han conocido al salvador podrán decir como Pablo: “…el morir es ganancia”.

 

III. SI POR EL PRIMER ADÁN VINO LA CONDENACIÓN  EL POSTRER ADÁN TRAJO LA JUSTIFICACIÓN

 

  1. “Porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado…” v. 16. El mundo ha quedado bajo juicio condenatorio por causa de un solo pecado. ¿Cuál es el juicio que vino como consecuencia del pecado? Después de la caída se dieron por los menos cuatro juicios. El primero fue sobre la serpiente que fue maldecida sobre todas las demás bestias. Desde allí andaría arrastrándose. Deducimos que antes caminaba. Pero debe entenderse que ese juicio realmente fue contra Satanás a quien se le llamará la “serpiente antigua”. Su sentencia quedó sellada con el v. 15 en el llamado “proto evangelio”. El segundo juicio fue sobre la mujer y la forma cómo daría a luz sus hijos. El otro fue contra Adán y la maldición de la tierra. Su peor juicio fue salir del paraíso y enfrentar la dureza de la tierra donde iba a vivir (Gn. 3:14-18). Pero el cuarto juicio tiene una aplicación universal, pues toda la humanidad ahora está bajo condenación por lo que pasó en el Edén. Sin embargo a través del postrer Adán vino el don de la gracia para la justificación del hombre. Si bien es cierto que Cristo no anuló el juicio contra el pecado, si anuló su poder. Con Cristo el hombre podrá pasar el juicio eterno.

 

  1. “La transgresión de uno vino la condenación a todos…” v. 18. Hasta ahora usted puede ver todas las cosas que vinieron por causa de la caída del primer Adán. Y como para coronar toda esa estela de cosas no gratas que vinieron como consecuencia del pecado, Pablo agrega el asunto de la “condenación a todos los hombres”. Esto habla de un destino eterno, de una separación eterna. Nada suena más dura al ánimo del hombre que cuando escucha la palabra culpable y después viene una condenación. Piense el veredicto de una corte para aquel que tuvo la esperanza de salir libre y escuchar las palabras del jurado y la sentencia final del juez. La caída del primer Adán  puso bajo condenación a toda la humanidad y la declaró culpable del juicio eterno. Pero el postrer Adán entregó su vida para redimir a la humanidad que quedó bajo condenación.

 

  1. El reinado de la gracia libra de la condenación vv. 20, 21. Este capítulo no podía terminar mejor. Con el primer Adán comenzó el reino del pecado, de la muerte y el reino de condenación. Pero con el postrer Adán, nuestro amado Cristo, comenzó el reino de la vida, el reino de la libertad, pero sobre todo el reino de la gracia. Note lo que distingue el versículo 20 de este tema de la gracia. La caída del primer Adán trajo abundancia de pecado, pero con la entrega del postrer Adán “sobreabundó la gracia”.

 

CONCLUSIÓN: El presente pasaje nos muestra la diferencia entre el primer Adán y el postrer Adán. Mientras uno introdujo la maldad manifestadas a través del pecado, la transgresión y la desobediencia, el postrer Adán nos trajo su bendita gracia. Mientras el primer Adán trajo la muerte, el segundo trajo la vida y mientras el primer Adán trajo la condenación, el postrer Adán trajo la justificación. Del primer Adán se nos dice“ llegó a ser un alma viviente” el postrero llegó  a ser “espíritu vivificante” (1 Cor. 15:45). Mis amados el primer Adán nos conduce a tener un cuerpo que se deteriora, se pone viejo, se arruga y se convierte en polvo. El postrer Adán, por poseer un “espíritu vivificante” que logró con su resurrección,  nos dará el cuerpo más hermoso que jamás nos hemos imaginado. De manera, pues, que mientras el postrer Adán nos conduce a la condenación eterna, el postrer Adán nos conduce a  la vida eterna. Un día usted y yo conoceremos al primer Adán redimido y perdonado, pero un día conoceremos al postrer Adán por quien vino la salvación. En esto consiste la Navidad que celebremos ahora. Venga a recibir al postrer Adán y sea salvo.  

Si usted quiere comunicarse con el pastor Julio, llámelo al (571) 251- 6590 o escríbale a pastorjulioruiz55@gmail.com

 

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