Wednesday, April 24, 2024
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Enseñando a nuestros hijos el plan de Dios para la sexualidad

EL EVANGELIO EN MARCHA

Enseñando a nuestros hijos el plan de Dios para la sexualidad

SEGUNDA PARTE

Por: Karla Martínez*

Mother Comforting Son 2003

En el artículo pasado, compartía acerca del por qué debemos hablar de sexualidad con nuestros hijos de acuerdo a la Biblia, cumpliendo el mandato de Efesios 6:4 y siguiendo el ejemplo de Salomón de tratar con nuestros hijos estos temas antes de que los aprendan fuera del hogar y de manera distorsionada. Hablamos un poco sobre cómo actúa la inmoralidad, vimos que es engañosa; hoy continuaremos conociendo más de cómo interviene en la vida de hombres y mujeres, solteros, casados, jóvenes y adultos pues la inmoralidad no respeta edades ni géneros.

 

LA INMORALIDAD ES UNA LADRONA

Roba lo mejor de la vida. Roba la vida de las personas, su juventud, su fuerza, roba el honor y sobre todo, roba su paz. Enseñemos a nuestros hijos, sobre todo a los adolescentes, adultos jóvenes y casados que, la inmoralidad cuesta dinero, trabajo y esfuerzo, destruye la confianza; ella comienza seduciendo y prometiendo todo de manera gratuita, pero conforme pasa el tiempo deberán invertir en ella. Estarán ocupados en comprar lo que sea necesario para satisfacerla, ya sea entregando su honor con prostitutas, amantes o pornografía; podrán gastar dinero comprando el silencio de alguna amante, gastando el fruto de su trabajo en cortejar a alguien más, alguien que no mostrará compasión y le incitará a seguir pecando, y de esa manera apartarlo más del Señor.

 

LA INMORALIDAD ROBA LA FELICIDAD

  “y al final te lamentes, cuando tu carne y tu cuerpo se hayan consumido, y digas: ¡Cómo he aborrecido la instrucción, y mi corazón ha despreciado la corrección! No he escuchado la voz de mis maestros, ni he inclinado mi oído a mis instructores” (Proverbios 5:11-13).

Hablémosle acerca de lo mal que es no esperar el buen y perfecto plan de Dios para sus vidas y en su lugar querer obtener placer fuera de tiempo, con las personas equivocadas y desobedeciendo los mandatos de Dios. Usemos como ejemplo estos versículos; advirtámosles del peligro que corren entregándose al pecado, y aunque tal vez en algunos casos no evitemos que pequen, ellos deberán saber que sus padres realmente se preocupan por su santidad, y que nuestras oraciones apuntan a estorbar el pecado en su vida y que el Espíritu Santo les convenza de pecado.

 

LA INMORALIDAD ROBA LA HONRA

 He estado a punto de completa ruina en medio de la asamblea y la congregación” (Proverbios 5:14). Todos conocemos a alguien que estuvo en adulterio o involucrado en algún pecado sexual; tal vez nosotros lo experimentamos alguna vez. Siempre hay alguien que ve, alguien que conoce los secretos de la persona que está en pecado sexual, y cuando sale todo a la luz, viene la deshonra, la vergüenza pública.

Salomón le está hablando a su hijo de otra de las consecuencias de dejarse vencer por el pecado de inmoralidad, sea fornicación o adulterio en cualquier etapa de su vida. No hay necesidad de pasar por una vergüenza pública, de ser señalado por aquellos que no tienen compasión, incluso por aquellos que hayan salido heridos a causa de esa relación. No hay necesidad de vivir con etiquetas que recuerden ese pecado. Oremos por nuestros hijos, para que atiendan estos consejos y vivan en santidad.

Estas formas en cómo actúa la inmoralidad, tal vez nosotros las conocimos al pecar fornicando o adulterando, probablemente, y con el favor de Dios no fue así y las hemos conocido a través de la Palabra, así que,  también es importante conocer cómo actuar.

 

CÓMO RESPONDER A LA INMORALIDAD: JOVEN, SOLTERO O CASADO

1.No busques fuera lo que Dios en su bondad te ha provisto. 

“Bebe agua de tu cisterna y agua fresca de tu pozo. ¿Se derramarán por fuera tus manantiales, tus arroyos de aguas por las calles?” (Proverbios 5:15-16). Dios en su infinita bondad nos ha provisto de manera piadosa e ilimitada en nuestro matrimonio el placer que la inmoralidad, llámese adulterio, fornicación o pornografía nos ofrece de manera limitada; así que, en realidad es innecesaria la inmoralidad si esperamos en su plan.

Dios nos pide, de hecho, nos manda a cumplir el mandato de no negarnos a nuestro cónyuge (1 Cor. 7:5), encontrar el placer sexual –solo- en nuestro matrimonio, no buscarlo fuera ni ser partícipe de ninguno de esos pecados sexuales que se practican con tanta libertad en el mundo.

 

2.MANTENTE PURO.

  “Sean para ti solo, y no para los extraños contigo”. (Proverbios 5:17)

Siguiendo el contexto de los versículos anteriores, es importante recordar y hacerle saber a nuestros hijos casados que deben mantenerse en santidad, guardando el lecho marital sin manchas (Hebreos 13:4). Debemos recordarles que son hijos de Dios y que no tienen por qué compartir pareja con nadie, es decir, si Dios ha provisto de su bondad para ellos con su cónyuge, deben permanecer fieles ahí, al lugar donde Dios envía su bendición como matrimonio.

Las personas inmorales no son fieles, ¿por qué compartir lo hermoso de la sexualidad con más personas? A nuestros hijos solteros, es bueno recordarles que deben mantenerse puros para cuando llegue el momento de casarse, de inicio puede parecer difícil en el mundo de hoy, pero recordemos que por gracia Dios no les va a dejar ser tentados más de lo que puedan soportar, (1 Cor 10:13) por eso es que en el tiempo de soltería lo ideal es fortalecerse en Dios a través de Su Palabra y ser obediente a ella.

 

3.BENDICE TU LECHO.

  “Sea bendita tu fuente, y regocíjate con la mujer de tu juventud, amante cierva y graciosa gacela; que sus senos te satisfagan en todo tiempo, su amor te  embriague para siempre” (Proverbios 5:18-19).

No cabe duda que Dios bendice nuestra sexualidad en el matrimonio, es honorable, agrada a nuestro Dios. Tomemos el ejemplo de Salomón y animemos a nuestros hijos a que llegado el momento, disfruten a su cónyuge, que aprendan a gozarse sólo con ellos, en su lecho. Evitemos usar palabras que pudieran apenar a nuestros hijos, sólo hagámosle saber que dentro del matrimonio ellos pueden estar confiados en que su sexualidad es bendecida por Dios, que se mantengan en santidad para que su matrimonio y vida sexual glorifiquen al Dios de los cielos, que disfruten su vida marital y sólo con su cónyuge: “que sus senos te satisfagan en todo tiempo, su amor te embriague para siempre”. 

Hablemos con nuestros hijos de sexualidad con prudencia, de manera honorable para que esto refleje el plan de Dios para la sexualidad, el diseño Santo, puro y con la confianza de que lo que les estamos diciendo es bíblico, que les ayudará a vivir más de acuerdo al diseño divino y no con las ideas del mundo moderno.

 

4.CUIDA TU MENTE, NO TE OBSESIONES.

  “¿Por qué has de embriagarte, hijo mío, con una extraña, y abrazar el seno de una desconocida?” (Proverbios 5:20). 

Después de que Salomón le hace ver a su hijo lo bendecido que es por Dios en el matrimonio, le muestra que el querer estar con alguien más es una necedad. Sea otra mujer o sea pornografía, la mente del individuo no debe estar centrada en lo prohibido (Fil 4:8), sino que debe reconocer lo bendecido que es de parte de Dios al tener un cónyuge con quien pasará el resto de sus días.

¿Por qué perder la cabeza con la mujer ajena si tienes una enorme bendición en casa? ¿Por qué arrojarte a los brazos de una extraña cuando en casa Dios te ha bendecido con tu mujer? Incluso, a nuestros hijos solteros podemos instruirlos en esto mismo, en guardarse y saber esperar por la persona con quien se casarán, que no pierdan la paz ni la cabeza por querer experimentar un placer momentáneo, y sepan esperar por la bendición que Dios les dará en el matrimonio.

Instruyámosle a que llenen su mente con la Palabra de Dios (Col. 3:16). Hagámosle saber que siempre pueden contar con nosotros para escucharles y con nuestras oraciones cuando ellos se sientan tentados o cuando algo esté quitándoles la paz.

La próxima semana, con el favor de Dios, te presentaré la última entrega de esta serie con algunos puntos para recordar y reforzar este tema. Dios te bendiga y te guarde, un abrazo.

(*puedes seguir a Karla Martinez en su blogger SoyMujerDeValor.com)

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