Thursday, April 25, 2024
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¿De quien es el dedo acusador?

EL EVANGELIO EN MARCHA

Por: Rev. Ricardo Carrillo

TEXTO BIBLICO: San Juan 8:1-11

PARTE II

 

NICODEMO

Tenemos que recordar que Nicodemo era fariseo también. Sin embargo era un fariseo sincero, que analizaba la realidad, que no se conformaba con lo que le decían. Que cuestionó las decisiones del sanedrín, respecto a Jesús y pidió que los escucharan a Jesús antes de juzgarlo.

Este era un fariseo sincero, porque muchas veces tenemos la costumbre de poner una etiqueta a todos y los ponemos en la misma bolsa. Como hoy en las calles, meten en la bolsa a todos los cristianos, y esto es muy malo, en aquel tiempo habían hombres como estos.

GAMALIEL

Algunos como Gamaliel que no simpatizaban mucho con los cristianos, Gamaliel también era fariseo, pero era un hombre respetado por todo el pueblo, era un hombre prudente y cuando iban a matar a Pedro y a Juan; abogo por ellos y les salvo la vida.

No podemos decir que todos los fariseos eran malos, habían algunos por allí que se salvaban, ellos eran las excepciones, pero la gran mayoría, no eran así. Ahora Cual era el problema que tenían, por favor veamos lo que Jesús dijo a cerca de los fariseos.

Casi siempre cuando nosotros hablamos de los fariseos y de Jesús recordamos esa frase de  “Fariseos y escribas hipócritas” pero Jesús dijo algunas cosas más a cerca de los fariseos, algunas más interesantes que otras, Por ejemplo:

Mateo 23:2-3. En la cátedra (la silla de autoridad, de donde se enseñaba la ley de Moisés) se sientan los escribas y los fariseos.Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; más no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.

Tenemos que estar claros en esto, dice que la enseñanza que ellos daban a cerca de Moisés, era correcta, es decir que ellos no habían perdido la ortodoxia, los fariseos  enseñaban correctamente la ley de Moisés. Es decir cuando ellos explican la ley, escúchenla porque es buena, pero no miren como ellos se conducen, porque esta gente no cumple con lo que dicen. Ahora nos podemos preguntar:

 

¿CUÁL ERA LA PRACTICA MALA DE LOS FARISEOS?

No eran adúlteros, no eran fornicarios, no eran ladrones, no eran maldicientes, Y Jesús dice: Son peores que ellos. Jesús les dice: De cierto les digo, que los publicanos y las rameras, van delante de vosotros en el reino de Dios.

Así les dijo a los fariseos, como decir que lo que enseñan es bueno, pero cuando yo los miro, como ejercitan esta fe en la realidad, tengo que decir: Que los publicanos traidores y las prostitutas van delante de ellos en el reino de Dios, ellos van atrás.

Es un juicio de valor que Jesús hace a la conducta de ellos, pero pastor; usted acaba de decir que ellos no eran fornicarios, ni adúlteros, ni maldicientes, entonces que era lo que esta gente hacía. En algún momento de su historia dejaron de escuchar la voz de Dios y se quedaron solo con la cascara de la ley.

Se quedaron con la cáscara y se olvidaron que detrás de ella había una persona.

Entonces las leyes, las tradiciones, las costumbres, entraron en su vida como una rutina que tenían que cumplir diariamente y faltaba la vida. De puros que eran se transformaron en puritanos, engreídos de su propia religiosidad.

 

LOS FARISEOS Y LA RELIGIOSIDAD MUERTA.

Ellos no se daban cuenta que su religiosidad estaba muerta, porque estaba basada en Principios que había que cumplir y de cosas que tenían que evitar.

Entonces se convirtieron en fiscales de su sociedad, ellos sentían que con el conocimiento que ellos tenían de la ley, podían llegar a juzgar a todo el mundo y ponerse por encima de la gente en el nombre de Dios.

Y esto no es otra cosa que el pecado de soberbia, ¿Qué es la soberbia? Cuando yo creo que tengo un camino superior a todos los demás.

¿Qué es la soberbia? El Teólogo Agustín dice en su libro la  ciudad de Dios: que la soberbia es la madre de todos los pecados.

Hermanos si lo pensamos bien, llegamos a esa conclusión que la soberbia es la madre de todos los pecados. Porque yo antes de pecar pienso, que la ley de Dios está mal y que yo tengo una ley superior y que puedo moverme de acuerdo a ese principio, quiere decir que me puse por encima de Dios.

Este es el camino de la soberbia, ellos habían llegado a la soberbia, la soberbia de creer que podían ser fiscales de su sociedad, fiscales de las otras personas.

Se convirtieron en tribunales de inquisición, eran los sensores de la sociedad. Eran el dedo acusador, donde había un fariseo, había un dedo que acusaba.

Usted no está haciendo esto, usted no está cumpliendo esto, usted no está cumpliendo aquello, está fallando en esto, esto está prohibido, señalando al que fuese posible.

Vamos hablar un par de cosas con respecto a este problema: En primer lugar. Cada vez que nosotros señalamos con un dedo, hay tres dedos que nos están señalando a nosotros, yo señalo a uno y tres me están señalando a mí. En segundo lugar entre los dones espirituales. no aparece el don de fiscal.

 

NO EXISTE EL DON DE FISCALIZAR

¿Me escuchó mi hermano que tiene tentación farisea de verle el defecto a todos los hermanos? Y de poner el dedo, No existe el don de fiscal. Usted se está apartando de los principios de Dios, el don de fiscalizar, el don de inquirir, no es un Don que Dios me ha otorgado.

 

ILUSTRACION

En una congregación que pastoreaba en  oportunidad un hermano se me acercó y me dijo: ¡Pastor, usted tendría que investigar al hermano fulano de tal! Y yo le dije mire yo soy pastor, no soy Sherlock Holmes.

No puedo ponerme de inquisidor del hermano, si hay algo que el Señor está reprobando y quiere que yo actúe, me los va a mostrar, lo va a sacar a la luz, sin que yo tome la lupa y empiece a investigar.

Pero, hay muchos que quieren, que se levantan en la iglesia fiscal, que analicen la vida y la conducta de los demás. Hay muchos que quieren ser fiscales.

Entonces se adueñan del dedo acusador en la iglesia, ellos siempre están viendo lo malo en los demás. El fariseísmo es una enfermedad y es una enfermedad del alma; El caso de la mujer adúltera, es uno de los casos, hay otros casos en la Biblia, pero este es un caso especial.

Los fariseos vienen con la ley; De acuerdo a lo estipulado por la ley, esta mujer debe morir y le piden a Jesús que convalide; Es decir, nosotros la acusamos, acúsela usted también.

Jesús desnuda la realidad en ese momento, y dice: el que está libre de pecado que tire la primera piedra. En ese momento Jesús les está diciendo, Señores, ustedes no son Dios, ustedes son pecadores y como pecadores, tienen que mirarse para adentro, no para afuera.

Porque ellos se habían puesto en una posición, por encima de los demás, como si ustedes no tuvieran pecado, como si ustedes fueran perfectos. Lo que hace Jesús aquí es desnudar el propio pecado. Les estaba diciendo ustedes no son Dios, ustedes están usurpando el lugar de Dios.

Ustedes son los que ven la paja en el ojo ajeno, pero nunca ven la viga que tienen en sus ojos. Cuanto mal le ha hecho a la iglesia de este tiempo, que hayan levantado hombres y mujeres con este tipo de patología espiritual.

Y cuanto mal le ha hecho que otros escucharan a estos hombres con esta enfermedad espiritual. Estos hombres perdieron de vista, el ideal de Dios. No creen en la posibilidad de regeneración, ellos aplican fríamente la ley.

 

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