PERLAS DEL ALMA
EL EVANGELIO EN MARCHA
Sembrando Futuro
LA ARMADURA DE DIOS
(Parte I)
Por: Pastor Juan Arispe
Hoy por hoy, en bien importante, que todo cristiano, sepa que debe hacer cuando venga el día malo. Nuestro Padre celestial nos dejó toda una estructura para usarla cuando el enemigo (satanás) venga a atacarnos y voy a dedicar dos artículos a esta estructura, pues creo que es de suma importancia, que los hermanos en la FE la conozcan y hagan uso de ella.
Efesios 6: 13 al 17 “Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. 14 Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia,15 y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. 16 Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. 17 Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”.
La armadura que DIOS nos ha proporcionado, es el elemento principal para protegernos de Satanás y del mal. Cuando nos ponemos la armadura de DIOS, en realidad nos revestimos de CRISTO (Romanos 13: 12-14 “ La noche está muy avanzada y ya se acerca el día. Por eso, dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz. 13 Vivamos decentemente, como a la luz del día, no en orgías y borracheras, ni en inmoralidad sexual y libertinaje, ni en disensiones y envidias. 14 Más bien, revístanse ustedes del Señor Jesucristo, y no se preocupen por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa”. ), y al vestirnos de CRISTO nos salimos del reino de la carne, donde somos vulnerables al ataque, para colocarnos dentro del dominio de CRISTO, donde el maligno no puede tocarnos.
Tres de las piezas de la armadura según el tiempo de los verbos, ya la tenemos puestas: ceñidos… vestidos….calzados; cuando hemos decidido aceptar a CRISTO como nuestro salvador personal.
La primera pieza de la armadura del guerrero cristiano es el cinturón de la verdad y quien es la verdad JESÚS, y como CRISTO está en nosotros, la verdad está en nosotros. Sin embargo, no siempre es fácil elegir la verdad puesto que el cinturón está bajo continuo ataque; recordemos que la principal arma del enemigo es la mentira y que el cinturón de la verdad sostiene en su lugar apropiado a todas las otras piezas de la armadura. Si el diablo logra desarmarnos en esa área, vamos a ser blanco fácil para otros ataques. Si nos pasa una idea por la cabeza que no armonice con la verdad, descartémosla, evitémosla. Cuando aprendamos a vivir en la verdad diariamente, llegaremos a amarla y nada tendremos que esconder. Caminar en la luz y decir la verdad con amor pueden parecer amenazantes para algunos pero, en realidad, la verdad es una amiga que libera y la única vía a la comunión con DIOS.
La segunda pieza de la armadura de DIOS es la coraza de justicia. Nosotros somos justificados ante nuestro DIOS al vestirnos de CRISTO en la salvación; no se trata de nuestra justicia sino la justicia de CRISTO (1 Corintios 1:30 “ Pero gracias a él ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría —es decir, nuestra justificación, santificación y redención”; Filipenses 3: 8,9 “Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo 9 y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe”).
Nuestra justicia en CRISTO es nuestra protección contra las acusaciones del diablo. Ponernos firmes en nuestra justicia nos exige vivir en continuo acuerdo con DIOS; es decir confesando nuestros pecados y confesar no es lo mismo que decir “lo lamento” o “lo siento” o pedir perdón; confesar es reconocer o estar de acuerdo. Nosotros confesamos cuando decimos “tuve un pensamiento lujurioso esta mañana”; “trate mal a mi esposa esta mañana”; El orgullo no me hace hablarle a mi hermano”.
Satanás nos dificultará la confesión haciendo creer que no vale la pena, que no es problema, que es una pequeñez, que es muy tarde, etc. La confesión de nuestro pecado aclara el camino para expresar fructíferamente la justicia en nuestra vida diaria. Debemos ser como Pablo que dijo “Procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante DIOS y ante los hombres” Hechos 24: 16.
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