SALVADOREÑOS
Manuel y José Arbaiza dos destacados salvadoreños que este domingo 8 de diciembre harán su primera presentación artística en el marco del homenaje a los “Pasteles Verdes” en Woodbridge, Virginia
Manuel Arbaiza y su hermano José son originarios del Barrio San Antonio, en la Ciudad de La Unión, El Salvador.
Manuel llegó a los Estados Unidos en 1976, como la mayoría pasando todas las dificultades de un inmigrante indocumentado, aunque “Era más fácil en ese tiempo, en ocho días estaba en Washington”, comenta Manuel.
A Manuel le esperaba en la capital estadounidense una temperatura bajo cero, totalmente contrario al cálido clima de la ciudad portuaria de La Unión; pero como todo buen salvadoreño, enfrentó esa adversidad y se dedicó a buscar trabajo; se le puso difícil ya que tenía sólo 16 años de edad, pero no se dio por vencido y hubo un restaurante en Bethesda, Maryland, que le dio la oportunidad que buscaba.
Fue un primo hermano quien lo recibió y lo apoyó al llegar a tierra norteamericana; eran tiempos cuando era difícil encontrar un latino en la calle; “eso de alguna forma fue bueno para mí, pues me obligó a aprender inglés” comenta Manuel.
Dice Manuel que en 1977 que se trasladó a vivir a Rockville, Maryland y en un complejo grande de apartamentos solo vivían tres familias latinas.
El deseo con estar junto al resto de su familia hizo en menos de siete años, es decir para 1984 ya había logrado traer a los Estados Unidos a sus hermanos y sus padres.
COLUMBIA ROAD
Recuerda Manuel que el punto de reunión que tenían los salvadoreños en esa época, era en el Cine Ontario, de la Columbia Road, en Washington DC. “Ahí platicábamos, comentábamos del país, de nuestra gente, del trabajo, principalmente los fines de semana y luego para la casa”.
Washington DC siempre ha sido un lugar acogedor para los inmigrantes y lo sigue siendo en la actualidad, pues hay leyes para proteger a los inmigrantes; eso ha hecho que la comunidad latina busque la capital para vivir y trabajar; además que hay grandes oportunidades de empleo, debido a muchas oficinas de gobierno, restaurantes, negocios, etc. dice Manuel.
ROSIBEL ARBAIZA
Manuel contrajo matrimonio con una de las mujeres salvadoreñas más conocidas en Washington DC, Rosibel, originaria de Intipucá, departamento de La Unión. Ella es prima de un amigo de Manuel y todo comenzó con un viaje que hicieron a Virginia Beach; ahí se la presentaron y nació esa relación que hoy lleva 24 años de casados; cuatro hijos (dos varones y dos hembras) y cuatro nietos.
Manuel dice ser muy afortunado haber encontrado una mujer con las características de Rosibel, pues además de su belleza física es emprendedora y juntos han logrado fundar dos salones de belleza; un supermercado latino y dos restaurantes.
Uno de sus hijos es propietario de cuatro restaurantes en North Carolina y los otros tres graduados de universidad y tienen sus respectivos trabajos.
SOLIDARIDAD
Manuel y Rosibel, tienen un alto espíritu de solidaridad con las necesidades principalmente de Intipucá, lugar por el que trabajan como embajadores, llevando ayuda a los más necesitados.
“Empezamos a trabajar por los años 90 en ayudar en las necesidades de la iglesia de Intipucá; arreglamos las bancas, puertas; etc. Hemos hecho un estadio; hay nueve escuelas donde vamos todos los años a repartir mochilas, equipo escolar y otros utensilios para niños; repartimos cerca de dos mil mochilas” comenta Manuel.
Agrega que para ellos esta es una excelente experiencia; además de tener la oportunidad de ayudar personas y enfermos de bajos recursos.
FACETA ARTISTICA
Manuel dice que canta como pasatiempo y lo hace desde hace varios años; comenzó cuando en uno de sus restaurantes tenía el sistema de karaoke junto a su hermano José, “lo hacemos como pasatiempo”; aunque aclara, que algo hay en su sangre de cantante, pues su padre y uno de sus tíos, eran muy buenos músicos.
Sobre su participación en el homenaje al grupo los “Pasteles Verdes” dice que será su primera vez frente a un público que pueda ser exigente, pero que esperan hacerlo de la mejor manera.
“Realmente yo no quería participar, pero me han animado y es así como hemos preparado unas cinco canciones, que esperamos sean del gusto de los asistentes” comenta.
Manuel y José, interpretan por lo general música ranchera y romántica; de tal manera que los amantes de estos géneros musicales, tienen una buena oportunidad para escuchar sus voces y apoyar a las voces musicales salvadoreñas.
Al final Manuel envía un mensaje sobre todo a los jóvenes inmigrantes: “Este país está lleno de oportunidades y si trabajamos fuertemente las podemos lograr, a nosotros Dios nos ha bendecido tanto que hemos logrado cosas que no creíamos, aunque se caiga hay que levantarse y seguir adelante hasta lograr nuestros propósitos; ponernos metas y si no las logramos al cien por ciento sentirnos satisfechos e intentarlo de nuevo”. (Rafael Lazo)
