MIGRACION
Denuncias hechas por defensores de derechos humanos señalan la participación de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) que se hacen acompañar por corporaciones de seguridad, y a veces por el ejército o la Policía Federal (PF)
Las fronteras norte y sur de México son blancos de redadas para detener a inmigrantes centroamericanos que viajan indocumentados sobre el tren de carga “La Bestia”, en los albergues de los alrededores así como en hoteles y carreteras que conectan a las ciudades de tránsito.
Las denuncias presentadas por defensores de los derechos humanos señalan la participación de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) que se hacen acompañar por corporaciones de seguridad, a veces por el ejército, a ratos por la Policía Federal (PF) como ocurrió este miércoles 13 de agosto ayer en Tenosique, Tabasco.
El sacerdote Tomás González, del albergue “La 72” reportó que en este punto del sureste por donde ingresan principalmente hondureños impidieron ayer a 300 “sin papeles” abordar al tren de carga.
Y los operativos van más allá. El activista Rubén Figueroa, quien actualmente recorre la ruta del primer trayecto de “La Bestia” entre Chiapas y Oaxaca (Arriaga- Tenosique), dijo a este diario que en la vigilancia del ferrocarril participan hasta 10 camionetas de la PF y en las carreteras se utilizan garitas móviles.
“Hay puntos de control migratorio nuevos, carpas que se desplazan de un lado a otro: calculamos que pronto estarán en otros estados como Veracruz”, dijo.
En la región centro del país, no hay reportes de acciones similares recientes, pero el primer semestre del año, el INM mantuvo diversos operativos carreteros, principalmente en Puebla y Querétaro.
Más de cuatro mil kilómetros al norte, en Mexicali, la Coalición Pro Defensa del Migrante reportó persecuciones de inmigrantes en el tren en hoteles y albergues. “Es claro que ya comenzaron las redadas”, comentó Laura Jiménez, coordinadora del albergue regional “Maná”.
Ayer el secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio, declaró que esta política busca la seguridad de los indocumentados, sobre todo en La Bestia, donde son blanco de secuestros, extorsiones, asesinatos, robos y mutilaciones por accidentes.
El activista Figueroa criticó esta posición: “El gobierno mexicano quieren evitar el flujo migratorio, pero no están ofreciendo alternativas para todas esas personas desplazadas por la violencia que necesitan ayuda”.
Al día de hoy se desconoce la cifra exacta de repatriaciones en México. La Oficina de Políticas Migratorias bloqueó recientemente el reporte del número de “extranjeros presentados y devueltos” que presentaba mensualmente en su sitio web y ahora sólo aparece la leyenda: “El dato está en revisión”.
