Sunday, April 28, 2024
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La Suprema Corte declara constitucional la Reforma de Salud de Obama

WASHINGTON

El presidente Obama obtiene una inesperada y rotunda victoria en plena campaña electoral

Romney promete derogar la ley el primer día que llegue a la Casa Blanca

 

  La reforma sanitaria de Barack Obama, la obra que puede dar trascendencia histórica a su presidencia, es constitucional. Así lo decidió el jueves el Tribunal Supremo en una sentencia que destruye la principal causa sostenida por los republicanos durante tres años y le da al presidente un enorme empujón en sus aspiraciones de reelección el próximo mes de noviembre. Los norteamericanos tienen ya un sistema sanitario que se aproxima a la cobertura universal.

Intentando evitar todo triunfalismo, Obama se dirigió a la nación poco después del anuncio de la sentencia para proclamar que “cualquiera que sea la orientación política de cada uno, esta decisión es una victoria para la gente de todo el país”. El presidente recordó que 30 millones de personas que hasta hoy carecían de seguro de salud tendrán ahora acceso a los servicios médicos y que las discriminaciones que las compañías aseguradores hacían con algunos pacientes serán ahora eliminadas.

El candidato presidencial republicano, Mitt Romney, destacó que esta sentencia hace más necesario que nunca que su partido recupere la Casa Blanca, donde ha prometido derogar la ley el primer día que llegue. “Nuestra misión está clara: si queremos reemplazar la reforma sanitaria de Obama, tenemos que reemplazar al presidente Obama”, dijo.

Un tribunal de mayoría conservadora se inclinó, finalmente, contradiciendo todos los pronósticos, a favor de una ley que ha estado en el centro del debate político desde que comenzó su tramitación en 2009, una ley muy controvertida que obliga a todos los ciudadanos a suscribir un seguro de salud y que extiende los beneficios sanitarios para toda la población.

Aunque ese es su valor fundamental, la solución de algunas de las más ostensibles injusticias sociales de este país, las repercusiones de la decisión del Supremo son hoy esencialmente políticas porque política ha sido la brutal oposición que se le presentó a esta ley desde un principio. Los republicanos la han puesto como ejemplo del modelo supuestamente intervencionista y socializante que pretende imponer Obama y la razón fundamental por la que es preciso derrotarle.

Las primeras reacciones reflejan ese clima de enfrentamiento. Nancy Pelosi, la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes y la figura que más batalló en el Capitolio para sacar adelante esta legislación, dijo que había celebrado esta victoria junto al resto de sus compañeros congresistas. Pelosi tuvo unas palabras de recuerdo para Edward Kennedy, que hizo de la sanidad universal el principal proyecto de su vida y murió sin verlo cumplido. En el bando contrario, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, ha insistido en que ahora es necesario que los republicanos obtengan en noviembre mayoría parlamentaria para que la reforma que han amparado los jueces sea derogada donde fue aprobada inicialmente, en el Congreso. Sarah Palin considera que esta sentencia equivale a “la muerte de la libertad”. Otros dirigentes conservadores insistieron en que la libertad individual se ve amenazada con esta decisión.

Muchos en las filas republicanas se sienten hoy traicionados por el presidente del Supremo, John Roberts, un juez conservador nombrado por George W. Bush, ratificado con el voto en contra del entonces senador Obama, y que ahora ha venido a salvarle la cabeza al presidente uniéndose a los cuatro magistrados progresistas para conformar la mayoría que ha amparado la ley. Junto a Roberts, votaron a favor Elena Kagan, Sonia Sotomayor, Ruth Ginsburg y Stephen Breyer. En contra se pronunciaron Antonin Scalia, Samuel Alito, Clarence Thomas y Anthony Kennedy. El juez Roberts explicó que la decisión fue tomada sin tener en cuenta ninguna consideración política. “No es nuestra función proteger a la gente de las consecuencias de sus decisiones políticas”, dijo.

Como suele ocurrir en este tipo de sentencias, la argumentación del tribunal es compleja y dio lugar a alguna confusión inicial sobre su interpretación. Los jueces no contemplan la constitucionalidad de la ley desde los mismos principios que el Gobierno. Los magistrados entienden que el Congreso no tiene autoridad para obligar a los ciudadanos a adquirir un seguro de salud sobre la base del artículo de la Constitución que limita la actuación federal en materia de comercio. En cambio, sí reconoce el derecho del Legislativo a imponer una multa a todo aquel que no tenga un seguro de salud, entendiendo esa atribución dentro de la autoridad de los congresistas para regular impuestos y tasas. “El requerimiento de que ciertos individuos paguen una multa por no obtener un seguro de salud”, escribe Roberts en nombre de la mayoría, “puede ser calificado razonablemente como un impuesto, y puesto que la Constitución permite tales impuestos, no es nuestro papel prohibirlo”.

Por tanto, por una vía distinta a la que la Administración pretendió en la presentación del caso, el Supremo da luz verde al texto íntegro de la ley. Solo corrige a los legisladores en una particularidad sobre la capacidad del Gobierno federal para intervenir en un programa de ayuda sanitaria a los pobres (Medicaid) cuya administración corresponde a los Estados.

 

Obama: ‘El apoyo a la reforma sanitaria es una victoria para todo el país’

El presidente Obama, dijo “la decisión de hoy es una victoria para todos los ciudadanos del país, cuyas vidas ahora estarán más seguras. Es un enorme paso adelante, el momento de avanzar”,

Pese a las críticas y toda la batalla legal que ha generado su polémica reforma sanitaria -que obliga a todos los estadounidenses con determinados ingresos a contratar un seguro médico y a las empresas a contribuir a la cobertura sanitaria de sus trabajadores-, Obama se muestra convencido de sus ventajas. “Estamos asegurando que cualquier estadounidense que enferme tenga las mismas oportunidades de acceder a cuidados médicos”.

El presidente estadounidense afirmó que “es fundamental que ningún accidente o enfermedad lleve a nadie a la ruina. La gente que tiene la capacidad de permitirse un seguro debe y tiene la responsabilidad de adquirirlo”, indicó en referencia a la ley, que obliga a los estadounidenses sin cobertura a obtener un seguro médico.

También recordó que a partir de ahora las aseguradoras no podrán rechazar como clientes a personas que tengan enfermedades previas. “Si es usted uno de los más de 250 millones de estadounidenses que ya tiene cobertura de salud, mantendrá su cobertura, esta ley solo lo convierte en más seguro y más asequible”, añadió. Y explicó que las compañías de seguros médicos no podrán imponer límites la curación de los asegurados y no podrán discriminar a los niños con enfermedades previas.

“Respeto las dudas que pueda generar la reforma. Pero no hice esto pensando en que era bueno para mi. Lo hice pensando en lo mejor para los ciudadanos de EEUU”. A partir de ahora, “todos los americanos que se preocupan de no enfermar porque no pueden pagarse la sanidad deben quitarse el miedo“.

Para Obama, es hora de dejar atrás esta batalla “y mantener ahora nuestra atención sobre el desafío más urgente de nuestros tiempos: conseguir que la gente vuelva a trabajar, rebajar nuestra deuda y construir una economía donde la gente pueda tener la confianza en que si trabajan duro, lograrán salir adelante”, agregó en referencia a lo que desde ya está constituyendo el tema central de la batalla electoral, la economía.

 

Romney: “Dejaré sin efecto la Obamacare”

El candidato presidencial del Partido Republicano Mitt Romney, aseguró este jueves que, si llegaba a la Casa Blanca, haría lo que no han hecho los magistrados, revocar la ley. “Nuestra misión es clara, si nos queremos deshacer de la Obamacare, tendremos que deshacernos primero del presidente Obama”, indicó en una rueda de prensa de apenas cuatro minutos que ofreció de espaldas al Capitolio. Romney, que la víspera se mostró muy crítico con la reforma sanitaria, insistió en sus reproches un día después: “La norma era mala ayer y sigue siéndolo hoy”.

El exgobernador de Massachusetts se apoyó en el argumento ofrecido por el Tribunal para avalar la constitucionalidad de la norma -que la sanción por no tener seguro debía ser considerada un impuesto- para justificar sus críticas a la reforma. “La Obamacare supondrá un incremento impositivo para los americanos de más de 500.000 millones de dólares”, aseguró. Romney también alertó de que se frenaría la creación de puestos de trabajo, perjudicaría la cobertura médica para las personas sin recursos y añadiría “trillones al déficit y a nuestra deuda pública”. (Fuente: Antonio Caño, EL PAIS)

 

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