MEXICO
La masacre en una cárcel de Monterrey fue planeada para ocultar la fuga de 30 Zetas. La reyerta en el penal fue contó con ayuda de las autoridades penitenciarias. Han sido detenidos tres altos cargos y 26 vigilantes.
El penal de Apodaca fue escenario el domingo pasado de una matanza de 44 reos del cártel de Golfo perpetrada por presuntos miembros de la organización de Los Zetas con la presunta complicidad de directivos y guardias de la cárcel.
Se sabe ya que los muertos pertenecían al cartel del Golfo, que la carnicería sirvió para cubrir la fuga de 30 reos pertenecientes al grupo criminal Los Zetas, y que nada de esto pudo ocurrir sin la complicidad de un “grupo de traidores”, como ha llamado el gobernador de Nuevo León Rodrigo Medina a custodios, que ayudaron a asesinos y prófugos.
El lunes el gobernador Medina anunció en rueda de prensa que el Gobierno ofrece 10 millones de pesos mexicanos de recompensa a quienes informen sobre el paradero de los reos fugados, 25 de los cuales estaban bajo proceso por delitos federales.
El gobernador confirmó que ninguno de los asesinados presentaba heridas por arma de fuego. Todos murieron por golpes con piedras, barras de metal y heridas por objeto punzo cortante.
Tres altos mandos y 26 vigilantes del penal mexicano de Apodaca, en el estado de Nuevo León, están detenidos por su presunta complicidad. Entre los detenidos están el director del centro penitenciario, Gerónimo Miguel Andrés Martínez; el subdirector, Juan Hernández y el Jefe de Seguridad, Óscar Laureno Deveze. (Con datos de El País)
