El presidente de Colombia, Gustavo Petro, lejos de castigar a los ladrones con cárcel para que ya no sigan delinquiendo en todo el país, en una jugada fuera de serie ofreció una especie de salario para que los ladrones ya no sigan robando en ese país.
Petro, dijo que para que ellos dejen de robar ofreció pagar con dinero de los colombianos a los ladrones.
“Con el dinero del presupuesto pagaríamos lo que usted consigue robando”, manifestó el mandatario colombiano en una exposición, y agregó que “son jóvenes que ya tienen novias, tienen hijos y patrimonio de facto”.
Según él, la única condición que deben de cumplir los favorecidos es que estudien y hagan trabajo de utilidad pública.
Lo que Gustavo Petro desconoce, que los jóvenes que tienen ese nodo de vida difícilmente salen de ese círculo y por ende van a seguir asaltando a propios y extraños. En el peor de los casos llevan luto y dolos a las familias de las personas que deben asesinar por negarse a entregar sus pertenencias.
El mandatario colombiano critica a Nayib Bukele Ortez por atacar a las pandillas y llevar paz a El Salvador. Para Petro, los pandilleros no deberían de estar recluidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) y deberían ser tratados con guante de seda para tratar de hacerlos cambiar.
Sin embargo, Gustavo Petro desconoce que la población se encuentra tranquila porque los pandilleros ya no siguen maltratando a la gente honrada, no extorsionan a todo nivel y no limitan la libre circulación.
El alto grado de inseguridad que hay en Colombia ha obligado a Francia Márquez, vicepresidenta de ese país, a viajar de un lugar a otro en helicóptero y retó a la población a que la demanden en los tribunales para que un juez determine la legalidad o no.
