HONDURAS
A pocos días de una tragedia que dejó 361 muertos en una cárcel hondureña, nuevamente el jueves al mediodía un motín en un penal de San Pedro Sula, dejó 13 fallecidos y algunos heridos, según los reportes.
Marleny Banegas, coordinadora de fiscales de la zona norte, confirmó que varios de los cadáveres presentaban heridas cortopunzantes producidas con arma blanca, pero no especificó la cantidad exacta.
El amotinamiento empezó a eso de las 11:30 am y además generó un breve incendio y un tiroteo. El fuego, que presuntamente se produjo en la cocina de la cárcel, fue controlado por los bomberos quienes tuvieron que retirarse de la cárcel debido a las amenazas de los reos.
El incidente se habría producido tras una riña entre el grupo de reclusos llamados los paisas, que son los reos que no están vinculados a ninguna de las dos pandillas que operan en Honduras.
La matanza se generó luego de que se encontrara dentro de una celda, el cuerpo decapitado de Mario Álvarez, uno de los subcoordinadores de los paisas. La cabeza del recluso fue lanzada por los internos hacia la zona de entrada del recinto carcelario, cuyo control no había podido ser retomado en su totalidad por la Policía para evitar que se repitiera el tiroteo que acompañó el inicio del hecho.
Varias personas fueron sacadas del interior del presidio con síntomas de intoxicación por humo por unidades de la Cruz Roja que llegaron momentos después y que fueron trasladadas hacia varios centros asistenciales.
También se movilizaron a varias personas que se desmayaron producto del asfixiante humo al interior del centro penal y que se presume serían familiares de los presidiarios.
La situación era confusa al mediodía en el centro penitenciario, envuelto en tiroteos aislados y señales de humo que movilizaron de inmediato a varias unidades del Cuerpo de Bomberos.
Familiares de los presos se apostaron en las afueras del centro penitenciario, quienes aguardaron durante todo el tiempo que se desarrolló el siniestro y algunos de los cuales no soportaron la idea de perder a sus seres queridos.
El jefe de bomberos de la zona norte manifestó que no entrarían hasta que la situación fuese controlada, debido a la “seguridad que debemos guardar”.
Añadió que los presidiarios están armados y resulta peligroso el ingreso al centro penal y que entrarían hasta que sea seguro. La mediación del sacerdote Rómulo Emiliani, permitió llevar nuevamente tranquilidad al reclusorio. (Con datos de El Heraldo y La Prensa)
